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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Me salvé por una bala

Mientras se recorre por las calles de Guayaquil, los ciudadanos ya no saben si llegarán con vida a sus destinos o si regresarán a sus hogares, y esto se debe al alto índice delincuencial por el que se encuentra atravesando la ciudad.
Día a día en lugar de que el número de víctimas vaya disminuyendo pues los resultados son totalmente contrarios. Lamentablemente se habla de soluciones pero no hay hechos en los que se pueda percibir que la mano de la ley está haciendo justicia mientras los delincuentes hacen de las suyas deliberadamente en cualquier lugar.


En uno de miles de casos de asaltos y delincuencia lo tuvo que vivir Jonathan De La Cueva el cual se encontraba un día normal caminando por una de las calles de la ciudad, a plena luz del día y en un lugar público con su padre. Jonathan se percató de que este maleante ya había elegido su víctima y se dio cuenta que esa víctima era su padre, en ese mismo instante el ladrón se le acerca sin preocuparle la presencia de Jonathan, joven de una altura de 1,73 de contextura gruesa; Jonathan al ver que este maleante le dice a su padre "dame todo tu dinero", él reaccionó y arremete con el ladrón con un puñete en el rostro para evitar que le roben a su padre, el ladrón cae al piso medio mareado por el golpe pero en el mismo instante se levantó con una agilidad increíble y sin dar a notar que para ese momento ya había sacado su revólver en cuestión de menos de un segundo, fue tan rápido que cuando Jonathan quería huír con su padre, el maleante ya lo estaba apuntando con un revólver en su cabeza con un breve y conciso apretón de gatillo, sin embargo él se dio cuenta  que el arma no se disparó y simplemente arremetió con golpes al agresor y desarmándolo quitándole el arma de su poder para que este no intente asesinarlo nuevamente.


Luego de unos minutos acudió la Policía a su llamado, mediante el cual le dieron a conocer que el revólver del agresor se había encasquillado quedándose la bala atrapada en la recámara impidiendo ser disparada y salvándole la vida con la misma bala.
Jhonathan cuenta con una forma muy agradecida hacia la vida y hacia Dios que tiene ahora una nueva oportunidad para estar con su padre y regresar a casa con su familia y él simplemente considera que esto fue un milagro y que la mano de Dios estuvo con él.

http://www.misionlandia.com.ar/index.php/misiones/policiales.html?start=25

Por: Adriana Ramírez P.

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